martes, 24 de marzo de 2009

El WeNdIgO


El Wendigo es uno de los seres menos conocidos dentro de la criptozoologia, y muchas veces se confunde con el termino Windigo, aunque se trata de dos criaturas diferentes, mientras que el Windigo es un ser espiritual, el Wendigo es un ser vivo.

La leyenda del Wendigo es muy antigua, es parte del folklore de varias tribus nativo americanas, especialmente en la zona norte de Estados Unidos y Canada.

Mucha gente considera al Wendigo como un pariente del Sasquatch o el Bigfoot, aunque su origen es mucho mas complejo.El Wendigo originalmente es un ser humano, el cual es poseido por en espiritu maligno y se transforma en una bestia. La causa mas comun de convertirse en un Wendigo es consumiendo carne humana, es por esto que se cree que la leyenda del Wendigo se creo para prevenir a las tribus indias de caer en el canibalismo durante los tiempos de escasez de comidaSe dice que las personas mordidas por un Wendigo desarrollan un ansia por la carne humana y eventualmente se convertien a su vez en Wendigos.

El Wendigo tambien es conocido como el espiritu de los lugares solitarios, ya que se esconde en bosques y sigue silenciosamente a su presa, nunca a la vista esperando al momento en el que abalanzarse sobre ella.Uno de los ultimos informes de la aparicion de un Wendigo se dio en un pueblo llamado Rosesu en el norte de Minnesota desde los finales de la decada de 1800 hasta los años 20. Durante ese tiempo se sucedieron una serie de muertes inexplicadas hasta que finalmente cesaron las apariciones.

El YeTi


El Yeti o abominable hombre de las nieves es un ser legendario de la mitología de Tibet y Nepal.

Es considerado un críptido en la Criptozoología e interpretado como un simio gigante emparentado con el Pie Grande norteamericano. Ante la ausencia total de pruebas, sólo se cuentan con relatos que lo describen como un simio gigante bípedo que se cree está localizado en las zonas boscosas de la cordillera del Himalaya.Abominable hombre de las nieves es un nombre muy poco apropiado para el yeti : no es abominable, sino más bien tímido; habita en los espesos bosques de rododendros del Himalaya, y sólo ocasionalmente atraviesa las laderas y los valles nevados (parece ser que para alimentarse de un musgo salino que crece en las rocas de las morrenas glaciares); y probablemente no sea un hombre.


De las observaciones directas se deduce que es un animal omnívoro: se le ha visto devorar pequeños mamíferos, líquenes, frutas y bayas, e incluso chocolate y galletas robados a los alpinistas. El análisis de los excrementos que se han encontrado junto a los rastros confirma estas observaciones: contienen materia vegetal, huesos de pequeños mamíferos y aves, y restos de grandes insectos. Además, se han descubierto en esos excrementos tres nuevas especies de parásitos intestinales, lo que sugiere que su huésped es una especie desconocida. Los diferentes testimonios sobre su existencia hablan de un ser huidizo de más de dos metros de altura, completamente cubierto de pelo y que tiene la capacidad de silbar.Se han publicado noticias de supuestos ataques a tibetanos e incluso existen moldes en escayola de sus enormes pies; así mismo se han encontrado restos de su pelaje que posteriormente han demostrado ser de mamíferos herbívoros.Quienes avalan su existencia lo consideran un pariente lejano del orangután y descendiente del Ramapithecus que habitó en esta cordillera hace millones de años; y que por las características que presentaría el Yeti, posiblemente esté emparentado con el Pie Grande y el Wendigo. Sin embargo, no existen pruebas concluyentes de la existencia de este primate. Incluso otras investigaciones relacionan al Yeti con los osos.En algunos monasterios de Nepal se conservan restos supuestamente pertenecientes al Yeti, pero que posteriormente se ha demostrado pertenecen a un tipo de cabra local. Por otra parte es muy dudosa la existencia de simios de semejante tamaño.


Según otros autores, como el paleontólogo Juan Luis Arsuaga, los primates en general y los simios en particular sólo viven en lugares donde existen frutas todo el año, es decir, en las zonas tropicales. Además no hay primates en las estepas, ni en los pinares mediterráneos, ni en los bosques de coníferas.

PiÉ gRaNdE

Cientos de observaciones en todo el subcontinente norteamericano sugieren que el fabuloso piesgrandes existe realmente. Pero, ¿cómo puede sobrevivir esta criatura primitiva en la sociedad más desarrollada del mundo?

Secuencia de la única película filmada de un Bigfoot en California en 1967. Hasta el día de hoy se discute sobre su veracidad o no.

Informes Fidedignos acerca de "hombres bestia" en el subcontinente americano se dieron a conocer ya en 1830. Aunque para la información anterior a 1900 tenemos que confiar en viejas crónicas periodísticas, investigadores decididos han encontrado algunas descripciones sugerentes de bestias muy similares a las observadas en la actualidad. En 1851, por ejemplo, un diario local publicó la historia de dos cazadores de Greene County (Arkansas) que vieron un rebaño perseguido por un "animal que tenía las inconfundibles características del ser humano".
Era de gigantesca estatura, su cuerpo estaba cubierto de pelo y su cabeza provista de largos rizos que tapaban casi por entero cuello y hombros. El "hombre salvaje", después de mirarlos fijamente durante un momento, se volvió huyendo a gran velocidad con saltos de tres a cuatro metros. Sus huellas medían unos 33 centímetros.


El cronista añadía que se pensaba que el animal era "un superviviente del sismo que asoló la región en 1811". En casi todos estos primeros informes se consideraba a los hombres-bestia como "hombres salvajes", suponiendo que eran humanos que se habían refugiado en los bosques y en cuyo cuerpo se había desarrollado un tupido manto de pelo. Pero la moderna teoría evolucionista considera esto improbable.

Esta observación, que tuvo lugar en Arkansas, demuestra que las apariciones de piesgrandes no se limitan a los estados del Noroeste (norte de California, Oregon, Washington) y la Columbia Británica, donde se han producido la mayoría de ellas. Aunque en dichas regiones, con vastas zonas de montañas boscosas, se ha originado más información que en otras, piesgrandes o sus huellas han sido vistos en casi todos los estados norteamericanos y en las provincias canadienses. En Florida, muy lejos de lo que se considera el territorio tradicional de los piesgrandes, se han producido numerosas observaciones de "monos pestilentes" en los últimos años.
Muchos informes se limitan a describir un hombre-bestia apenas entrevisto en lugares boscosos. Pero existen otros muy detallados que muestran ciertos rasgos característicos. Al parecer, los piesgrandes son tímidos y no gustan de la presencia de los humanos, aunque también tienen una vena de curiosidad y a veces se acercan por la noche a grupos que acampan en los bosques, contemplan sus pertenencias y, ocasionalmente, balancean su caravana o su coche. Esta conducta y antiguos informes sobre la destrucción de campamentos de buscadores de minerales ponen de manifiesto el deseo de ahuyentar a los intrusos.


También han sido vistos merodeando cerca de casas de campo y aldeas, atraídos probable mente por la facilidad para conseguir comida. Pero, pese a su aspecto terrible y a la conducta provocadora de sus descubridores (cuya reacción es, con frecuencia, disparar primero y preguntar después), los piesgrandes no son agresivos con los humanos, existiendo muy pocas noticias de que hayan causado daños.

A medida que avanza el siglo XX y crece el número de personas que conocen la existencia de los piesgrandes, las noticias sobre observaciones antiguas y recientes van en aumento, y desde los años sesenta se dispone ya de un vasto archivo de informes. Aunque es obvio que esto se debía en parte a la mayor publicidad, ¿significaba también que los piesgrandes eran vistos con mayor frecuencia? Como, a causa del avance de la civilización, su hábitat debe ir reduciéndose gradualmente, es lógico suponer que su número disminuye. Quizá sea esta presión sobre su entorno lo que los fuerza a visitar lugares habitados en busca de alimentos, lo que explicaría a su vez el aumento de las observaciones.

Molde de una huella en yeso del Bigfoot que fue filmado en 1967 en Bluff Creek, California por Patterson. Después de la aparición del ser, dejó en el lugar numerosas pisadas que fueron posteriormente sacadas en molde. Obsérvese el descomunal tamaño de la huella la cual mide unos 40 cm, en comparación del pie de un ser humano que tan sólo mide unos 25 cm.
El Bigfoot Casebook (Registro de piesgrandes) contiene unas 1.000 observaciones de los últimos 150 años, y no es una colección completa. Según las estimaciones, sólo se comunica una de cada diez observaciones, o sea que pueden haber sido unas 10 000 durante dicho período. Existen también numerosas noticias sobre grandes huellas de aspecto humano que han aparecido por lo general en el barro, la nieve o la arena, y que se supone que son de un piesgrandes. Algunas veces, los investigadores que estudian los informes han hallado también pelo o heces que podrían pertenecer a un piesgrandes, pero los análisis que se han hecho de estas sustancias no suelen ser concluyentes.


Una selección de algunas informaciones correspondientes al presente siglo nos dará una imagen clara del piesgrandes y de su conducta. En 1969 Albert M. Fletcher escribió acerca de un encuentro que tuvo 50 años antes, cuando era leñador en Washington.
En otoño de 1917, cuando tenía 17 años, trabajaba como leñador en un campamento junto al río Cowlitz, en el estado de Washington. Una noche de luna iba caminando por una senda en dirección a un baile, cuando tuve la incómoda sensación de que algo me seguía de cerca. Miré varias veces por encima del hombro, pero no vi nada. Cuando llegué a una curva del camino, me escondí detrás de un árbol y esperé para ver de qué se trataba. Casi en seguida apareció una criatura muy grande y de aspecto humano, que debía medir unos dos metros o algo más.
Caminaba sobre las patas traseras, estaba cubierta de pelo oscuro, tenía barba y un pecho amplio, y, por lo que pude ver, no llevaba ningún tipo de ropa. Sin salir de mi asombro, grité alarmado y la criatura se volvió instantáneamente y se alejó corriendo por el bosque, siempre sobre las patas traseras. Cuando se lo conté a mis compañeros, algunos se rieron, pero otros aseguraron que habían visto lo mismo. Nadie tenía una explicación, ni un nombre, pero todos estaban de acuerdo en que era algo grande, con aspecto de mono, y también en que se parecía a un hombre muy fornido.

Secuestrado Por Un Hombre-Bestia

El buscador de piesgrandes René Dahinden, de pie junto a la estatua realizada por Jim McClain en Willow Creek, California. La figura, modelada según las descripciones de los piesgrandes vistos en la zona, tiene 2'40 m de altura, 1'04 m de anchura en los hombros y pies de 46 por 25 cm.
Otro informe, de 1924, relata algo que, de ser cierto, constituye el encuentro más espectacular con un piesgrandes entre los que se hallan registrados. Albert Ostman afirma haber sido secuestrado por un piesgrandes, que lo mantuvo cautivo varios días antes de que lograra escapar. El secuestro tuvo lugar cerca de Toba Inlet, en la Columbia Británica, en cuyas montañas acampaba en busca de minerales. Una noche un piesgrandes de unos 2,40 m lo cogió en su saco de dormir y lo llevó por el campo durante lo que al incómodo y asustado Ostman le parecieron tres horas.


Aún estaba oscuro cuando llegaron a su destino, pero al amanecer Ostman pudo comprobar que había cuatro piesgrandes, un macho y una hembra adultos y un macho y una hembra infantiles. Durante su cautividad, Ostman pudo estudiar la forma de vida de la familia y pensar en el modo de huir. Pero todos sus intentos fueron frustrados por "el viejo", como lo llamaba él. Ostman tenía su rifle, pero se resistía a hacer daño a las criaturas, pues lo trataban bien. Finalmente pudo escapar dando al "viejo" una gran cantidad de rapé, que lo dejó incapacitado. Mientras el piesgrandes corría a buscar agua, Ostman cogió sus cosas y salió huyendo a toda velocidad.
Los encuentros en los que el testigo puede observar largamente y de cerca a la criatura son los más interesantes. Un observador tranquilo puede aportar mucho a nuestro conocimiento sobre la materia. Uno de los mejores informes de este tipo fue elaborado por William Roe, que vio a un piesgrandes en la montaña Mica, en la Columbia Británica, en octubre de 1955.
Roe estaba oculto en un matorral, de modo que el piesgrandes -una hembra de 1,80 m de altura, 1 m de ancho y unos 135 kg. de peso- se acercó sin percatarse de que era observado. Cuando estaba a unos seis metros de distancia, se puso en cuclillas junto al matorral en que se escondía roe, quien más tarde escribió una cuidadosa descripción de la cabeza, la cara y el pelo del piesgrandes, y de la forma en que andaba. Por un momento se preguntó si no se habría metido sin darse cuenta en un set y estaba contemplando a un actor maquillado, pero pronto descartó esta idea. Su informe continúa así: Finalmente, esa cosa debió percibir mi olor, porque me miró directamente a través de un claro en el matorral. Una expresión de asombro pasó por su cara. Me pareció tan cómica que sonreí. Siempre en cuclillas, retrocedió tres o cuatro pasos, después se irguió por completo y marchó velozmente por donde había venido. Me miró un instante por encima del hombro, pero no con temor, sino como si no quisiera entrar en contacto con algo extraño.


Roe consideró la posibilidad de disparar a lo que hubiese resultado un ejemplar único y hasta levantó su rifle. Pero no pudo hacerlo. "Aunque en un principio lo había considerado un animal, en aquel momento sentí que se trataba de un ser humano, y supe que si disparaba nunca me lo perdonaría."

¿Humano o animal?

Los testigos no están seguros, y los investigadores tampoco. "Si tuviéramos un cadáver para examinarlo", claman. Pero los que consideran que lo importante es matar un piesgrandes para probar su existencia de una vez para siempre, se encuentran con la oposición de quienes piensan que hay que dejar en paz a la criatura. ¿Qué derecho tiene el hombre a cometer un asesinato para satisfacer su curiosidad?

Algunos informes sugieren que alguien con la suficiente paciencia y calma podría incluso hacerse amigo de un piesgrandes. En el otoño de 1966, una pareja que vivía cerca de Lower Bank, en Nueva Jersey, encontró huellas de 43 cm de longitud cerca de su casa, y más tarde vieron una cara que asomaba por una ventana situada a más de dos metros de altura. Durante algún tiempo fueron dejando con regularidad restos de verduras, que el piesgrandes consumía, pero una noche en que se olvidaron el visitante demostró su irritación arrojando un cubo de basura contra la pared. Un tiro al aire no lo asustó, y el hombre disparó al cuerpo del piesgrandes, que huyó para no volver más.

Nueve metros de vacilante película en color de 16 mm conmovieron al mundillo de los buscadores de piesgrandes en 1967. Los interrogantes que planteaba la cinta aún no han sido desvelados a satisfacción de todos. Detrás de la cámara se hallaba Roger Patterson, que en octubre de ese año cabalgaba con Bob Gimlin por los remotos bosques de la región de Bluff Creek, en el norte de California, en busca de rastros de piesgrandes. Sus caballos retrocedieron atemorizados cuando se hallaron de improviso frente a un piesgrandes hembra, en cuclillas junto a un arroyo. Patterson desmontó de un salto, tomó su cámara y echó a correr tras la figura que se alejaba. Antes de perderse de vista entre los árboles, el piesgrandes se volvió para mirar a los hombres. El famoso fragmento de película ha sido analizado numerosas veces desde 1967, pero aunque nadie haya podido probar que sea una falsificación, los hombres de ciencia se muestran escépticos sobre el particular.

Esto puede deberse a cautela natural, o al curioso argumento de que "los piesgrandes no pueden existir; por lo tanto, no existen". Entretanto, la criatura continúa apareciendo con regularidad en América del Norte, alarmando, aunque sin hacer daño, a los testigos, que invariablemente son cogidos por sorpresa, e intrigando a todos aquellos que meditan acerca de su existencia.

El ChUpAcAbRaS

En 1994 fue visto,por primera vez,en Puerto Rico,el Chupacabras, llamado así por su especial predilección por la sangre de cabra a la hora de alimentarse.Sin embargo,se sabe que ha atacado a otras muchas especies de animales,por ejemplo,perros y ovejas.Hasta donde llega nuestra información,nunca ha atacado seres humanos.

Por su peculiar forma de matar,es fácil saber si se trata del responsable de la muerte de un animal.Sus víctimas aparecen con pequeñas heridas punzantes en la garganta y la sangre de sus organismos ha sido succionada hasta la última gota.A menudo, también los órganos de las víctimas han desaparecido aunque,inexplicablemente,la única herida visible del animal son esos agujeritos en el cuello a los cuales nos hemos referido. Algunos rumores apuntan a que algunas de sus víctimas habrían aparecido con cortes en las orejas,parecidos a los que produciría un láser quirúrgico.

En muy pocos casos se han obtenido huellas de los alrededores de los cadáveres dejados por el Chupacabras.Lo usual es no hallarlas,ni tampoco restos de sangre,ni rastros de ningún tipo.En cuanto a su apariencia,es difícil de decir,puesto que las descripciones varían en gran medida.Podría ser verde o de color gris.Podría tener alas.Se habla,asimismo,de una larga lengua semejante a la de los lagartos.

Sería una criatura bípeda,al igual que los humanos,ya que se sostiene sobre las extremidades inferiores.Casi todas las fuentes coinciden en que su altura está entre los 3 y los 5 metros.Se desplaza andando,según algunos,volando al parecer de otros,o incluso podría hacerlo saltando al modo de los canguros.

Varios son los orígenes del Chupacabras que se barajan.Podría ser una nueva especie emparentada con las panteras.Los más excéntricos lo tienen por una especie extraterrestre.Según ellos habría llegado a la tierra a través de un portal abierto a otra dimensión que estaría situado entre Puerto Rico y Sudamérica.Una variante de esta curiosa teoría es que el chupacabras proviene de una nave espacial alienígena cuyos tripulantes lo llevarían como mascota o bien como algún especimen sometido a estudio.De algún modo,debido a algún tipo de avería en la nave o accidente,el Chupacabras habría escapado, quedando atrapado en la tierra.

En fechas muy reciente el mundo se sorprendió con la noticia del posible hallazgo de un esqueleto de Chupacabras en un poblado costaricense.Tras ser exhaustivamente examinado por un equipo de científicos,dos días despues,dictaminaron sin ningún tipo de dudas que se trataba del esqueleto de un perro.Porque posiblemente esa es la explicación más plausible al misterio del Chupacabras : el ataque de perros salvajes, aderezado por la imaginación de otros seres casi tan extraños como los que modestamente he tratado de describir : los seres humanos.

AkA alLgHoI kHoRhOi

El gusano de Mongolia fue visto por primera vez en 1926 en el sur del desierto de Gobi en Mongolia, es un gusano gigante y venenoso que vive, supuestamente, en el desierto de Gobi. Parece que fuera un personaje de ciencia-ficción, pero ha habido numerosos encuentros que apoyan la teoría de que existe en realidad. Se cree que el gusano tiene una longitud de cinco pies y que se asemeja al intestino de una vaca. Normalmente es de color rojo y a veces tiene clavos grandes sobresaliéndole de ambos extremos. Es altamente peligroso, puede lanzar un chorro de veneno letal y hacer descargas eléctricas por sobre varios pies.Fue vista numerosas veces, incluso por el presidente de Mongolia. Se comenta que la criatura, hiberna durante la mayoría del año, excepto durante junio y julio. Ivan Mackerle director del equipo de la República Checa que ha buscado al gusano en tres ocasiones. Durante la segunda expedición, Mackerle trató sin éxito de atraerlo fuera del desierto, utilizando una gran cantidad de explosivos. Volvió en el año 2004, esta vez utilizando técnicas de vuelo rasante para filmar las enormes extensiones del desierto; pero la expedición fracasó en la captura en cámara de alguna señal del gusano.Los científicos e investigadores aficionados están intrigados por la idea de una criatura, que ha sido reportada por los nómades mongoles durante cientos de años. Podría ser sólo cuestión de tiempo, el hecho de que una de las muchas expediciones obtenga pruebas de su existencia.

lunes, 23 de marzo de 2009

La BeStIa De GéVaUdAn

Entre 1764 y 1767, más de 120 personas, mujeres y niños, casi en exclusiva, fueron horriblemente asesinados –a dentelladas– por una bestia misteriosa. Todo esto ocurrió en la región montañosa del Gévaudan, en el centro de Francia, y nadie logró resolver el enigma a pesar de las insistentes batidas y de las inmensas recompensas que ofrecía el Rey. La bête (bestia) del Gévaudan pasó a formar parte de la mitología del país, de la misma manera que el monstruo de Lago Ness para los escoceses.

Lo cierto es que la bestia de Gévaudan aterrorizó a la población de Aveyron en el siglo XVIII y quebrantó la autoridad de Luis XV, convirtiéndose rápidamente en un asunto de Estado.

Cazadores de toda Francia atraídos por la generosa recompensa que se ofrecía por su piel, trataron de cazar a lo que se intuía podía ser un enorme lobo de un poder devastador inimaginable. Le calcularon 100Kg de peso y el pueblo pensaba que era el mismo demonio.

El primer ataque de la bestia se produjo el 30 de Junio de 1764 y su primera víctima una niña de 14 años, Jeanne Boulet, ese mismo verano se cobró más vidas y asesino 2 niñas más, 2 niños y una mujer de 32 años. En invierno el número de víctima se incrementaba alarmantemente incluso asesinando dos veces por semana.

Solía arrancar de un solo bocado la cabeza de las víctimas, lo que puede darnos una idea del tamaño y la fuerza de su mandíbula. En tan solo un año se había cobrado 54 víctimas. El monarca alarmado por tan abrumantes cifras decide enviar a sus tropas de choque, los "dragones", que formaban la élite del ejército real. Envió 4 tropas de caballería con el fin de realizar una batida que acabara de una vez con la bestia.

El jefe de una de las tropas quedo sorprendido al ver a la bestia, según su descripción era casi tan grande como su caballo pero infinitamente más rápida y ágil, tras tratar de abatirla a disparos sintió que las balas no eran capaces de traspasar su piel.

Otras descripciones le señalaban como un enorme lobo de aspecto muy extraño, con el lomo rayado y una línea negra que le recorría desde el cuello hasta la cola, el color de su cuerpo era rojizo, con el morro afilado, una cola muy larga y fuerte y extraordinariamente móvil y con unas fauces desmesuradas.
Escultura en Francia que representa a la Bestia de Gévaudan.

Los esfuerzos de los "dragones" eran en vano, no solo se debían enfrentar al difícil duelo de encontrar a la bestia además tenían otros duros competidores, los caza recompensas, que atraídos por el precio que se puso por dar fin a la vida de la bestia les tendían emboscadas y les confundían con pistas falsas.
La bestia arrancaba la cabeza de sus víctimas de un solo bocado.

Por mas lobos que abatían las víctimas no cesaban, murieron decenas de estos animales. Sin duda el comportamiento de la bestia no se asemejaba al de un lobo común pues expertos cazadores de toda Europa trataban de eliminarla con las técnicas que se empleaban para la caza de estos.

La gente empezaba a sentirse muy asustada, ni la participación del Rey había conseguido aplacar a la bestia. Los clérigos aprovechaban para hacer su campaña diciendo que la bestia solo atacaba a las jóvenes más lascivas, los nobles acusaban a los gitanos pues decían que alguna de las bestias de su circo debía haber escapado. También se apunto a un terrateniente que había recorrido África con una compañía comercial, criaba mastines asilvestrados, lobos, leones y tigres. El pueblo llegó a pensar que había cruzado a estos animales hasta dar con la bestia.

Finalmente la bestia fue muerta y la leyenda cuenta que fue abatida con una bala de plata hecha tras fundir una medalla de la virgen. El monstruo fue llevado ante el Rey, más tarde fue embalsamado y años después sus restos desaparecieron. Era algo parecido a un lobo gigantesco de fauces enormes.

CaRcHaRoDoN mEgAlOdOn


El megalodon, llamado también megalodonte, tiburón megadiente y tiburón blanco gigante (Carcharodon megalodon) fue un tiburón gigante que vivió probablemente entre hace 20 y 1,6 millones de años, aunque se ha llegado a sugerir fechas de extinción más tardías e incluso que pudiera sobrevivir hoy en día
Restos fósiles

El megalodon se conoce únicamente por numerosos dientes fósiles y algunas vértebras y esqueletos parciales en el Caribe. Los dientes son en muchos aspectos similares a los del tiburón blanco actual (Carcharodon carcharias), pero con un tamaño que puede superar los 17,5 centímetros de largo, por lo que se suele considerar la existencia de un estrecho parentesco (y probablemente, también parecido aspecto y conducta) en ambas especies. Sin embargo, algunos investigadores opinan que las similitudes entre los dientes de ambos animales son producto de un proceso de evolución convergente.

Denominación y evolución

En 1995 se propuso trasladar la especie a un nuevo género, Carcharocles. A fecha de hoy, la cuestión no se ha resuelto del todo. Muchos paleontólogos se inclinan en la actualidad por el nombre de Carcharocles, mientras que otros (sobre todo especialistas en biología marina) mantienen su conexión con el gran tiburón blanco e incluyen a ambos animales en el género Carcharodon. Los defensores de Carcharocles opinan que el ancestro más probable del megalodon fue el Otodus obliquus del Eoceno, mientras que el tiburón blanco descendería de Isurus hastalis, el "mako de dientes anchos" del Mioceno. Existe la teoría de que los megalodones adultos se alimentaban de ballenas y se extinguieron cuando los mares polares se volvieron demasiado fríos para los tiburones, permitiendo que las ballenas estuviesen a salvo de ellos durante el verano.

Tamaño

Las estimaciones más sensatas del tamaño de esta criatura oscilan entre los 12 y 15 metros. Las reconstrucciones previas con longitudes que podían llegar a los 30 metros se consideran por lo general como poco precisas.

Supervivencia actual

Aunque la gran mayoría de los expertos consideran que la evidencia disponible indica claramente que el megalodon está extinto, la idea de que una población superviviente pudiese seguir existiendo en la realidad parece haberse asentado en el imaginario público, a pesar de que la mayor parte de las evidencias en favor de esta idea es por lo general escasa y ambigua.